La prescripción de un delito implica que, una vez transcurrido el plazo establecido por la ley, el autor del delito ya no puede ser perseguido penalmente por su comisión. Por lo tanto, la prescripción de delitos es un mecanismo legal esencial en el sistema penal español, ya que pone fin a la responsabilidad penal de una persona y al derecho del Estado a ejercer su potestad punitiva por el transcurso del tiempo.
La prescripción del delito viene contemplada en el artículo 130 del Código Penal, entre las causas que extinguen la responsabilidad penal. Su regulación se encuentra en el artículo 131 y 132 del Código Penal.
❗Es importante distinguir la prescripción del delito de la prescripción de las penas impuestas en sentencia firme.
Este mecanismo legal se fundamenta en varios principios: la necesidad de evitar la incertidumbre jurídica prolongada, la dificultad de obtener pruebas fiables con el paso del tiempo, y la idea de que, después de un período considerable, el interés social en perseguir un delito puede disminuir.
En España, la regla general es que todos los delitos prescriben, exceptuándose los delitos de lesa humanidad y de genocidio y los delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado, salvo los castigados en el artículo 614, no prescribirán en ningún caso. Tampoco prescribirán los delitos de terrorismo, si hubieren causado la muerte de una persona.
Los plazos de prescripción varían en función de la gravedad del delito, podemos distinguir los siguientes plazos:
20 años: cuando la pena máxima señalada al delito sea prisión de quince o más años.
15 años: cuando la pena máxima señalada por la ley sea inhabilitación por más de diez años, o prisión por más de diez y menos de quince años.
10 años: cuando la pena máxima señalada por la ley sea prisión o inhabilitación por más de cinco años y que no exceda de diez.
5 años: los demás delitos.
1 año: los delitos leves y los delitos de injurias y calumnias
En el caso de varios delitos el plazo será el que corresponda al delito más grave.
✔️Es crucial señalar que estos plazos se computan desde el día en que se haya cometido el delito. En el caso de delitos continuados o permanentes, el plazo comenzará a contar desde el día en que se realizó la última conducta delictiva o cesó la situación ilícita.
Existe una excepción a la norma anterior cuando la víctima del delito es menor de edad, empezando a contarse el plazo desde que el menor cumple los dieciocho años de edad o treinta y cinco años de edad dependiendo del tipo de delito:
La ley nos dice textualmente que:
“En los delitos de aborto no consentido, lesiones, contra la libertad, de torturas y contra la integridad moral, contra la intimidad, el derecho a la propia imagen y la inviolabilidad del domicilio, y contra las relaciones familiares, excluidos los delitos contemplados en el párrafo siguiente, cuando la víctima fuere una persona menor de dieciocho años, los términos se computarán desde el día en que ésta haya alcanzado la mayoría de edad, y si falleciere antes de alcanzarla, a partir de la fecha del fallecimiento.
En los delitos de tentativa de homicidio, de lesiones de los artículos 149 y 150, en el delito de maltrato habitual previsto en el artículo 173.2, en los delitos contra la libertad sexual y en los delitos de trata de seres humanos, cuando la víctima fuere una persona menor de dieciocho años, los términos se computarán desde que la víctima cumpla los treinta y cinco años de edad, y si falleciere antes de alcanzar esa edad, a partir de la fecha del fallecimiento. ”
El plazo de prescripción puede interrumpirse cuando se dirige procedimiento contra el presunto culpable, como la presentación de una denuncia o querella, la práctica de diligencias de investigación judicial, o la citación judicial del imputado. Una vez interrumpido, el plazo de prescripción vuelve a correr desde cero.
La prescripción de delitos tiene implicaciones significativas tanto para las víctimas como para los posibles autores de delitos. Para las víctimas, es fundamental conocer los plazos para poder ejercer sus derechos y denunciar los hechos dentro del tiempo legalmente establecido. Para los presuntos autores, la prescripción puede suponer el fin de la posibilidad de ser enjuiciados.
Es importante destacar que la aplicación de las normas sobre prescripción puede ser compleja y depende de las circunstancias específicas de cada caso. Por ello, ante cualquier duda o situación legal, es fundamental consultar con un abogado especializado en derecho penal.